05 mayo 2015

Los 50 alimentos más saludables (parte cinco y última)


41 Arroz
"Es el alimento comodín de nuestra sociedad. Le suele gustar a todo el mundo. Ni siquiera los niños, tan melindrosos, le hacen un feo. Está en la base de la pirámide de los alimentos y es el sustento de muchas culturas. El arroz aporta proteínas, que sirven para construir tejidos en el organismo. Además, contiene vitaminas, minerales e hidratos de carbono, que aportan energía. Se podría consumir una ración de arroz de forma diaria y sería sanísimo. Lo mejor es que existen infinidad de maneras de presentación, por lo que nunca nos podremos aburrir de consumirlo. Una buena idea es comerlo con verduras. Arroz con legumbres también es un plato especialmente bueno porque la combinación de los dos productos enriquece los valores nutricionales de ambos".

42 Lentejas
Resisten y resisten. Las legumbres han desempeñado un papel fundamental desde hace siglos. Sus principales características son su facilidad de conservación y su alto valor nutricional. Contienen una gran cantidad de proteínas (de 20 a 22 gramos por cada 100 de alimento). Por eso alguna vez se le ha denominado como la carne de los pobres. Y es un plato sencillo de preparar y nos recuerda a las abuelas. ¿O no?

43 Judías blancas
Observen la fórmula: las leguminosas son de fácil cultivo, poco exigentes en cuanto al clima y al suelo y mejoran la fertilidad del terreno. El resultado es que las judías blancas son baratas y de fácil conservación. Es la causa de que hayan sido uno de los platos básicos de la población en épocas de escasez. Confieren bastante energía y hierro. Los guisos de cuchara se dejan para el invierno. En verano, en ensaladas frescas.

44 Vinagre
Otro alimento centenario. Es el producto de la fermentación de los zumos de diferentes frutas. Su valor calórico es bajo y, además, hacen que las ensaladas estallen en sabor. Puede disminuir la elevada carga de carbohidratos de una comida que incluya alimentos como arroz o patata; el vinagre y su capacidad reguladora.

45 Espinaca
El terror de los niños es una buenaza incomprendida. La espinaca resiste muy bien la congelación y posee fibra, vitaminas, minerales y pequeñas cantidades de calcio y hierro. ¿A que no hay que tenerle miedo?

46 Pescado blanco
El mar los cría y en la mesa se juntan. Sus ácidos grasos omega 3 son su fuerte porque alejan los infartos. Se deben consumir, al menos, dos veces por semana.

47 Gambas
Ellas se enorgullecen de sí mismas entre su familia de mariscos. ¿Por qué? Son más baratas que otros parientes. Las gambas guardan proteínas de calidad y son, relativamente, bajas en energía. Nos ayudan con fósforo y yodo. Si se cuecen con sal, pueden elevar la tensión arterial. Sugerencia: aliñarlas con limón, con especias o condimentos aromáticos. Y luego están los primos de las gambas, los camarones, que poseen varias vitaminas y se comen como pipas.

48 Mejillones
Barato y disponible todo el año en el mercado. El señor mejillón resalta por sus proteínas y su bajo nivel de grasas. Cuidado: pueden transmitir diarreas si se consumen crudos o poco hechos. Una receta, al vapor.

49 Pan de levadura madre
"El pan se ha convertido en algo industrial. Compras una barra y ves cómo le han quitado la fibra para que quede blanco y fino. Le echan conservantes para que la masa se levante pronto, y la harina está tan procesada que han desaparecido las vitaminas. Yo aconsejo el pan de levadura madre, que lo puede elaborar cualquier persona en su casa. Se hace así: mezclamos harina y agua y lo dejamos reposar 24 horas; luego veremos que ha fermentado y lo mezclaremos con más harina y frutos secos. Este pan mejora el sistema digestivo, previene enfermedades del corazón, baja el colesterol y limpia la sangre. Es como el pan de antes".

50 Maíz
Todo el continente americano le tiene una fe desbordada desde hace siglos. Las películas estadounidenses lo popularizaron, y las casas españolas lo consumen en ensaladas, pero no se debe restringir sólo a este plato. Da mucho más de sí. Esta hortaliza destaca por los hidratos de carbono. No aporta grandes cantidades de vitaminas, pero es básico para los celíacos porque no contiene gluten. Para ellos, es el refuerzo amarillo.

Fuente: El País

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