¿Te has preguntado alguna vez por qué muchos de los apellidos españoles que terminan en -Z llevan acento?
La respuesta no tiene ningún misterio: en español acentuamos las palabras llanas (la sílaba fuerte es la penúltima) que NO terminan en N, S o vocal. De este modo no se acentúan las palabras llanas: casa, niño, pelo (terminan en vocal); paran, temen, comen (terminan en N); casas, niños, pelos (terminan en S). Sin embargo sí acentuamos las palabras llanas que terminan en otra conosonante que no sea N o S: césped, móvil, difícil, lápiz, cómic, cárcel, etc. Por eso acentuamos muchos apellidos que terminan en Z: Sánchez, López, Fernández, Martínez, Ramírez, Rodríguez, etc. Los apellidos terminados en Z que son agudos (la sílaba fuerte es la última) no llevan acento: Muñoz, Ruiz, Ardanaz. Pero cuidado, Díaz y Díez sí llevan acento.
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