El verano es la época del año en la que tengo más tiempo para leer ya que no tengo que estar preocupándome en preparar clases o corregir trabajos. Además, desde que han inventado las bolsas portalibros impermeables, te puedes llevar los libros a la piscina o a la playa sin miedo a qué acaben empapados de agua o llenos de arena. Me resisto a leer libros electrónicos, quizás en el futuro acabe haciéndolo, pero de momento quiero mirar en hojas de papel, no pantallas electrónicas.
Los cuatro libros que estoy leyendo son los que veis en la foto de arriba.
"Conversaciones con Woody Allen". Casi 500 páginas con entrevistas al director de cine Woody Allen llevadas a cabo a través de los años. En general muy entretenido quitando los capítulos en los que habla de los aspectos técnicos de sus películas.
"Memorias de un beduíno en el congreso de los diputados" de José Antonio Labordeta. Labordeta fue (falleció hace unos años) diputado de un partido minoritario aragonés en el congreso de los diputados. En este libro cuenta su experiencia como diputado nacional con enorme sentido del humor e ironía.
"¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary?" de Francisco Umbral. Otro libro entretenido y ameno. Umbral repasa en capítulos de página y media su opinión sobre la obra de autores como André Gide, Oscar Wilde o Flaubert.
"Manifiesto Hedonista" de Esperanza Guisán. Acabo de empezarlo y ya me han preguntado por él en el metro mientras lo leía: un señor mayor me preguntó de qué trataba mientras esperaba el metro en el andén de Alonso Martínez. La autora es catedrática de filosofía en una universidad gallega y el libro trata el tema del hedonismo y la búsqueda de la felicidad.
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