Las sombras de tu vergel secreto testigos los besos de labio y labio abiertos en flor
Doncella de nobleza levita, si adoras a un cristiano más vale que silencies tu amor
La noche cerrada en los jardines despista a los guardianes que velan tus paseos, Raquel
Tan solo la luna en su crecida conoce de tus dichas y el pozo en que le aguardas a él
Rosarios de auroras toledanas bendicen vuestra suerte y os vuelven descuidados tal vez
Luceros y estrellas pasajeras perfilan en el aire su entrega y tu desnudez
Y al alba de una noche certera partido de un abrazo por una daga criminal
La sangre templada de Fernando destila entre tus manos y anuncia su destino fatal
‘En su agua calmaré
Este amargo dolor
Fernando, sálvame,
¿ya estás aquí, mi amor?’
Calvario de pena y desconsuelo te arranca de tu lecho en delirio y vas al pozo a llorar
Locura de hiel en tus sollozos derraman en su cauce el mal sabor de tu pesar
Asomas a la boca profunda, sus ojos te sonríen, serenos del perdón de Dios
Y cuentan cristianos de Toledo que aullando con el viento quebrada se escucha tu voz
Música: Ana Alcaide
Letra: Beatriz Moreno Cervera, basada en la leyenda toledana de ‘El pozo amargo’
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