Secretaria:
Hola. Un cafelito. ¡Pero qué morrazo tienes Pepa!
Pepa:
¿Me pones con este número?, por favor
Secretaria:
No tienes ningún derecho a hacer esto, Pepa
Pepa:
No importa márcamelo
Secretaria:
¡Te estás poniendo en envidencia, Pepa!
Pepa:
Ya me he puesto bastante así que un poquito más no importa
Secretaria:
¿has llorado, no?
Pepa:
Sí
Secretaria:
¿Ves? ¿Lo ves? Yo ya lo sabía, Pepa.
Pepa:
Oye o me lo marcas tú o llamo desde la calle y me están esperando en el
estudio, o sea que tú verás.
Secretaria:
Uy sí, sí, sí. Perdón, perdón. Servidora está aquí para eso, eh. El café puede
esperar. He desayunado mucho yo en los
últimos años. El número de la otra. No aprende. Ella no aprende. Ella no. Ella no
es profesora como otras. Ella...nada.
Lucía:
¿Quién es?
Pepa:
Pepa Marcos. ¿Está Iván?
Lucía:
No
Pepa:
Perdone que la moleste...
Lucía:
No pienso perdonarla
Pepa:
Es que tengo que hablar urgentemente con él
Lucía:
¡Cómo se atreve a llamar aquí!
Pepa:
Por favor señora. No me grite que acabo de sufrir un desmayo.
Lucía:
Por mí como si se le para el corazón.
Pepa:
No se preocupe, entre Iván y yo no hay nada.
Lucía:
¡Váyase a la mierda!
Pepa:
¡Váyase a la mierda usted también! Pero dígale que me llame.
Secretaria:
Pepa cariño perdóname que no sabía que habías desmayado, eh. Probrecilla.
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