El cuadro de arriba es el retrato del papa Inocencio X que Velázquez hizo en uno de sus viajes a Italia. Al parecer cuando el papa vio el cuadro ya terminado exclamó: Troppo vero! (demasiado veraz). El genio de Velázquez supo captar el alma del papa, más allá del retrato físico. Todo esto me ha inspirado la pregunta de esta semana:
¿Es la cara el espejo del alma?
No hay comentarios:
Publicar un comentario